
Para hablar de fatiga pandémica primero tendríamos que saber que significa la palabra
fatiga. Podría decirse que la misma refiere al cansancio que se experimenta después
de un intenso y continuado esfuerzo tanto físico como mental. Entonces bien, ¿qué
es lo que venimos haciendo desde que estalló el famoso Coronavirus? Lo dicho, un
intenso y continuado esfuerzo.
A raíz de la famosa pandemia tuvimos que esforzarnos en aprender nuevas rutinas, lo
que implico que dejemos de lado las que ya conocíamos. No solo tuvimos que
hacernos amigos de la mascarilla y estar siempre acompañados por el alcohol en gel.
Tuvimos que dejar viejas costumbres, como el encuentro de amigos los fines de
semana, las salidas, los viajes, y el contacto físico. Los besos se reemplazaron por los
codos, las reuniones por llamadas telefónicas o videollamadas y las fiestas por
encierro.
¿Cómo no iba a ser todo esto un esfuerzo? Y no solo a nivel físico, lo cual ya de por si
es agotador, sino también y más importante, mental. Porque no solo tuvimos que
soltar costumbres y aprender nuevos hábitos, sino que también se puso en juego el
miedo, el miedo a enfermarnos, el miedo a que nuestros seres queridos se enfermen,
el miedo a estar lejos y no poder compartir en estos momentos y el miedo al no saber.
Miedo actual, ya que al día de hoy seguimos en estado de incertidumbre. Y creo, al
menos en lo personal, que esto último es lo que más nos afecta. Este no saber, del
que poco podemos hacer algo. Este no saber que nos excede, donde solo nos queda
seguir estando lejos de nuestros seres queridos, seguir usando mascarillas y alcohol
en gel, y esperando a que otro nos diga cuándo podremos volver a nuestra “vida
normal”. Entonces bien, cómo no estar fatigados.
Ahora, ¿qué podemos hacer frente a esto? Soltar. Creo que es súper importante
aprender a soltar no solo aquellas cosas que no nos hacen bien, que no nos
benefician, sino también aquello que no podemos cambiar, aquellas cosas que nos
exceden, y es es en este punto donde creo que podemos aplicarlo. Sí, estamos
cansados de estar aislados, de tener todo el día la mascarilla, de lavarnos las manos
mil veces y vivir con constante alcohol en gel. Pero son estas cosas las que podemos
hacer, para cuidarnos y cuidar al otro, ya que todo lo demás nos excede. No podemos
parar la pandemia, no podemos curarnos del virus, así que todo ese estrés que nos
excede al no poder cambiar las cosas, al no encontrarle la vuelta, lo soltamos.
Aceptamos que por ahora, no podemos hacer más ni menos que lo estamos
haciendo, y que todo lo demás no podemos controlarlo, y soltamos.
Antonella Ferrari. Psicóloga y subdirectora de Centro Psicoedúcate.