¿Qué significa acudir a psicoterapia?

A raíz de lo que hablamos la semana pasada sobre la importancia de la salud
mental, me pareció que estaría bien que hoy hablemos un poco más sobre la
terapia, y la importancia que tiene el tiempo y la paciencia a la hora de iniciar
un espacio terapéutico.

Si bien, como decía en la publicación anterior, no es necesario un problema en
específico o mejor dicho, esperar a que una situación, actitud o pensamiento
llegue al punto de “hacernos mal” para empezar terapia, también creo que
cuando esto pasa y decidimos empezar, es necesario saber esperar.
¿Qué les quiero decir con esto? Pues bien, la terapia en simples palabras
podemos decir que consiste en venir a hablar con otro, en este caso el
psicólogo, sobre aquellos que nos pasa o no nos pasa. Y es en este punto que
hay que romper con el mito de que es el profesional quien me “va a curar”.
Pues no, primero porque no estamos enfermos, sino que tenemos ciertos
problemas y necesitamos ayuda para poder resolverlos.

Ahora bien, y esto es lo importante, el único que puede cambiar aquello que
nos hace mal o aquello que no sabemos cómo manejar, somos nosotros
mismos. Sí, el psicólogo nos va a ayudar a ver aquello que no comprendemos
o nos guiará para poder cambiar aquellas cosas, pero es importante
comprender que no hay soluciones mágicas, que es cuestión de tiempo y de
nuestra propia voluntad el poder cambiar, el poder conectar con nuestras
emociones, elaborarlas, comprenderlas y así poder mejorar.

Es por esto que digo que es importante tener paciencia y darnos tiempo,
porque no es un proceso fácil. Venir a terapia requiere de voluntad, de tiempo y
esfuerzo. Es entender que va a haber sesiones donde nos angustiemos más
que otras, donde nos enojemos, otras en donde nos sea más difícil, donde nos
pongamos trabas a nosotros mismos. Pero es importante entender que es el
camino que hay que transitar para estar mejor, para poder cambiar. Como dice
uno de nuestros cuadros en Centro Psicoedúcate “si duele, es porque está

curando”. Es como una herida, nos duele, nos molesta pero de a poco se va
haciendo más chiquita hasta que se cura.

Es importante entender que algo duela no quiere decir que este mal, sino que a
veces, dependiendo el caso y motivo de dolor, es necesario transitarlo,
aprender de él, y en ese proceso mejorar, cambiar.
Así que podemos decir que venir a terapia no es de “locos”, como este viejo
tabú que sigue estando tan presente. Sino que es de valientes, ya que no todos
nos animamos a enfrentar aquello que no nos gusta, que nos hace mal, que
nos genera dolor. Pero es un dolor, y este es el punto importante a entender,
es un dolor que nos cura.

 

Antonella Ferrari. Psicóloga y subdirectora de Centro Psicoedúcate.



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