
En los últimos meses en centro psicoedúcate comenzamos a tener una gran
demanda de nuevo pacientes solicitando atención terapéutica. Esto me llevó a
pensar sobre la importancia de la salud mental, y como en el último tiempo
empezó a tener mayor visibilidad.
Es por ello, que me parece de gran importancia que hoy hablemos un poco
sobre esto. Para empezar, considero importante poder definir qué queremos
decir cuando hablamos de salud mental. Según la OMS (Organización Mundial
de la Salud) la salud mental se define como: … un estado de bienestar en el
cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las
presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es
capaz de hacer una contribución a su comunidad (OMS 2001 a, p.1).
Con esta definición podemos ver entonces como la salud mental repercute en
nuestra vida diaria, y que la misma no hace inclusión a los problemas o
enfermedades mentales. Con esto quiero decir, y principalmente remarcar que
lo mental no hace referencia al famoso tabú y antigua creencia del “estar loco”.
Considero importante que pensemos porque la sociedad y también, porque no
a nivel cultural, existe esta idea, errónea por cierto, que el hecho de ir a terapia
implica que la persona “este loca”. ¿Por qué esto sería así? Pues, porque
tenemos asociado que lo mental implica locura, cuando podemos ver con esta
definición que la salud mental implica todo lo contrario.
Como personas somos una composición de cuerpo y mente, de emociones,
somos un todo. Y lo emocional, lo físico y lo mental, repercute en nuestra vida
diaria. Nos hace quienes somos.
Creo que este último año, el confinamiento, el aislamiento y todo lo que
conllevo tener que vivir una pandemia, nos permitió ver la importancia que tiene
nuestra “cabeza” en nuestra vida diría. Y cuando digo cabeza no me refiero a lo
intelectual en sí mismo, sino a esa parte interna, a esa vocecita, con la que
todos convivimos, y que somos nosotros mismos. Considero que el aislamiento
nos ayudó a pasar mucho tiempo con uno mismo, a conocernos y
principalmente a escucharnos. Y es en esto último, donde creo, que la mayoría
se vio “afectada”, y es el motivo por el que ahora tenemos una gran demandas,
nosotros, los psicólogos.
¿Por qué? Pues, porque no estamos acostumbrados a darle la importancia y el
lugar a lo que nos pasa internamente. Tenemos interiorizados que la cabeza, lo
mental, implica locura, que no la cuidamos. Que no nos cuidamos. Solo le
damos importancia a lo físico, a lo biológico, a aquellos que tiene una
explicación avalada por la medicina, y nos olvidamos que lo psíquico, también
forma parte.
Repito, no estamos hablando de locura. Creo que nadie sabe lo que quiere
decir cuando decimos loco. Y mi idea tampoco es hablar hoy sobre ello. Sino
que el objetivo de este artículo, es que podamos empezar a pensar que para
estar bien con nosotros mismos y así poder estar bien con el resto, con el
afuera, es importancia poder y saber escucharnos. Poder entendernos. ¿Y
cómo podemos hacer eso? Pues fácil, yendo a terapia.
Dejemos de lado los tabúes, las viejas creencias. Y entendamos que así como
vamos al médico cuando nos duele la cabeza, o cuando no nos duele nada, y
vamos para ver que todo está bien, lo mismo tenemos que hacer con nuestra
parte interna, con nuestra psiquis, con nuestras emociones. Como les dije
antes, somos un todo.
Antonella Ferrari. Psicóloga y subdirectora de Centro Psiocedúcate.